9 de abril de 2015


Y ahí estaba yo, viendo el romper de las olas en la orilla de la playa.
Un hermoso atardecer rojizo naranjo vestía el cielo azulado.

La ligera brisa marina comenzó a enfriar y por reacción instantánea quise abrigarme con mis brazos, me negaba a irme, no quería perder de vista el paisaje y aquella brisa fría me serviría para calmar mi corazón ansioso y agitado por tu larga ausencia.  Pero en el momento en que levantaba mis brazos para cubrirme en un autoabrazo, siento un par de manos tibias en mis hombros, mi respiración se detuvo por segundos, y aquellas manos bajaron audazmente desde mis hombros a mis brazos, y en ese instante quise saber quien estaba tras de mí. Retomé la respiración ahora entrecortada y mi corazón que se encontraba en calma comenzó a agitarse inquieto entre el temor, ansiedad y emoción; me dispuse a girar para saber quien era, pero el aliento tibio de aquella presencia estaba en mi cuello, sus manos y brazos me tenían cubierta, su calor comencé a sentir por mi piel en aquel momento mi corazón se calmó, aquella presencia lo domó, un delicado beso al costado de mi cuello fue la confirmación de que no necesitaba ver quien era, y mi corazón con su abrazo le reconoció.
Así abrazados continuamos admirando el paisaje hasta que la noche nos cubrió, solo la luz de la luna nos alumbraba y acurrucada en tu pecho me quedé, sin dejarme de abrazar te pusiste delante de mi, mi rostro levanté para por fin el ver tuyo... Y ahí desperté.


·**·.·Lizzy·.·**·

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